5. La entrevista

Hay algo que tenemos que tener claro antes de abordar el último punto. Tener una entrevista no es sinónimo de éxito, por eso es, probablemente, el aspecto que haya que trabajar más. Empecemos.
Esta sociedad en la que vivimos vive inmersa en un mar de prejuicios y, aunque estoy claramente posicionado de manera contraria, tengo que ser sincero: eso es así y de momento no va a cambiar. El prejuicio es el primer obstáculo a sortear, tenemos que tener muy en cuenta que podemos invalidar todos nuestros argumentos por un simple prejuicio, ya sea por nuestra imagen, nuestra forma de vestir o incluso nuestra forma de hablar. Una buena presencia puede hacernos vencedores en este primer asalto.
La tranquilidad y la serenidad tiene que ser nuestra razón de ser en medio de una entrevista, no nos dejemos intimidar.
La sinceridad es una de las palabras más olvidadas en nuestro vocabulario y solo intentamos substituirla o maquillarla, pero tengo algo que decirte: eso es basura. El camino más recto para conseguir llegar a buen puerto es la transparencia y la sinceridad. Es mejor que te rechacen por lo que eres que por lo que no eres. 
La personalidad es muy importante, y lo bueno es que cada uno tenemos una en particular y es lo que nos diferencia del resto. Potenciemos eso, ya que es lo que nos puede hacer destacar sobre los demás y ese es el objetivo de cualquier competición. No olvidemos que esto es una carrera y nosotros somos los vencedores. ¿Quién no ha estado en una entrevista y ha escuchado la famosa frase: "dime tus virtudes y tus defectos"?, habría que hacer un monumento a la persona que en su día se le ocurrió tal daga envenenada, para después demolerlo. Aunque es bastante difícil, vamos a intentar salir lo menos perjudicados de esa cruel situación. Creo que en el tema de las virtudes no vamos a tener demasiados problemas, dada la facilidad que tenemos todos de ver nuestros puntos fuertes; donde se empieza a complicar es con los dichosos defectos. Hay que intentar siempre encaminar esos defectos hacia algo positivo de nuestra persona, nunca, bajo ningún concepto, diremos cosas como: "tengo mal carácter" o "soy impuntual". Intentaremos decir cosas como: "soy muy perfeccionista" o " soy muy exigente conmigo mismo". Es cierto que son defectos, pero mirados desde otro punto de vista, pueden dejarnos en muy buen lugar.
Por último, como ya hemos puntualizado anteriormente, a la hora de exponer nuestro currículum, seremos breves y concisos intentando no aburrir con nuestros alardes.

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